
En un mundo cada vez más globalizado, las marcas que aspiran a llegar a audiencias diversas no pueden limitarse a traducir literalmente sus mensajes. Necesitan algo más profundo, más humano, más culturalmente relevante. Necesitan transcreación.
¿Qué es la transcreación?
La transcreación (de translation + creation) es el proceso de adaptar un mensaje publicitario o de marketing a un nuevo idioma y cultura, manteniendo su intención, estilo, tono y contexto emocional. No se trata de traducir palabras, sino de recrear el mensaje para que genere el mismo impacto en una cultura diferente.
A diferencia de la traducción tradicional, la transcreación permite modificar slogans, imágenes, referencias culturales e incluso el nombre del producto si es necesario, con tal de preservar el efecto del mensaje original.
📚 Breve historia de la transcreación
Aunque el término “transcreación” comenzó a usarse formalmente en las industrias del marketing y la publicidad a partir de los años 80, la práctica como tal tiene antecedentes mucho más antiguos. Se puede decir que sus raíces están en la traducción literaria y poética, donde desde hace siglos los traductores debían adaptar no solo el idioma, sino también el tono, el ritmo y las referencias culturales de una obra para que tuviera sentido en otro contexto.
Años 80: El nacimiento comercial del concepto
El auge real de la transcreación como estrategia de marketing comenzó en Estados Unidos en la década de 1980, cuando las empresas empezaron a tomar en serio el crecimiento del mercado hispano. La comunidad latina no solo crecía en número, sino también en poder adquisitivo y relevancia cultural. Sin embargo, las campañas traducidas literalmente al español resultaban frías, imprecisas o incluso ofensivas para una audiencia con valores culturales únicos.
Fue entonces cuando agencias como The Bravo Group, Zubi Advertising y La Agencia de Orcí comenzaron a aplicar un enfoque más creativo y culturalmente sensible: no traducir, sino recrear el mensaje publicitario para que tuviera el mismo impacto emocional que el original. Así nació lo que hoy llamamos “transcreación”.
Años 90–2000: Consolidación y expansión
Durante los años 90 y principios de los 2000, la transcreación se consolidó como una herramienta clave para marcas globales que necesitaban adaptar sus campañas en mercados internacionales. Empresas como Procter & Gamble, Coca-Cola, McDonald’s, Nike y Chase comenzaron a invertir en equipos y agencias especializadas en marketing multicultural y transcreación.
La práctica también se expandió más allá del mercado hispano en EE.UU., aplicándose a campañas en Europa, Asia y América Latina. El enfoque dejó de ser exclusivo para traducción de anuncios y pasó a incluir nombres de productos, empaques, materiales audiovisuales y plataformas digitales. Hoy: Una disciplina esencial del marketing global
Hoy en día, la transcreación es parte fundamental de cualquier estrategia de marketing global o multicultural. No solo se usa en publicidad, sino también en diseño web, redes sociales, contenido audiovisual, branding e incluso UX (experiencia de usuario). Se considera una disciplina híbrida entre la creatividad publicitaria y la sensibilidad cultural, esencial para el éxito de las marcas que desean conectar auténticamente con audiencias diversas.
¿Por qué es tan importante?
El público actual es cada vez más diverso. En países como Estados Unidos, más del 20% de la población habla un idioma distinto al inglés en casa. El segmento hispano, por ejemplo, representa un enorme potencial de mercado, pero también posee códigos culturales, valores y formas de comunicación particulares.
Las campañas que no toman esto en cuenta corren el riesgo de parecer desconectadas o incluso ofensivas. En cambio, aquellas que utilizan la transcreación logran:
- ✅ Mayor empatía con la audiencia
- ✅ Más engagement y lealtad de marca
- ✅ Evitar errores culturales y malas interpretaciones
- ✅ Mayor efectividad en campañas globales o multiculturales
Ejemplos reales de transcreación
🔹 “Got Milk?” → “¿Tienes leche?”
La icónica campaña de leche en EE.UU. no funcionaba en español. En lugar de una traducción literal, se reformuló el mensaje para resaltar valores familiares y nutricionales que sí conectaban con el público latino.
🔹 McDonald’s y el menú local
McDonald’s ha incluido platos como el McArabia en Medio Oriente, el McSpaghetti en Filipinas o el mangú en República Dominicana. Estas adaptaciones, junto con campañas visuales y verbales, son claros ejemplos de transcreación.
🔹 Chase Bank
Chase adaptó su lema “Chase What Matters” para el público latino, enfocando sus campañas en la familia, el progreso y la estabilidad. También ofreció productos financieros culturalmente relevantes y materiales educativos en español.
¿Cómo se hace una buena transcreación?
- ✔️ Entender el contexto cultural del público objetivo
- ✔️ Identificar la intención emocional del mensaje original
- ✔️ Trabajar con equipos multiculturales o nativos
- ✔️ Recrear (no solo traducir) el mensaje con libertad creativa
- ✔️ Probar y validar el mensaje con el público antes de lanzarlo
Conclusión
La transcreación no es una moda: es una necesidad estratégica. En un entorno global, donde las marcas deben hablar múltiples lenguas y adaptarse a diversas culturas, esta herramienta permite conectar auténticamente con las personas.
Más que traducir, se trata de emocionar, convencer y construir puentes. Porque las palabras cambian, pero las emociones —cuando se tocan bien— son universales.
Galería






Otros artículos

La nueva frontera de la inteligencia artificial: cuando las máquinas aprenden a pensar

Marketing Digital 360°: Cómo Construir una Estrategia Integral que Realmente Funcione

La Revolución de la Publicidad: Cómo la IA Está Transformando la Creación de Contenidos

Cómo los influencers están revolucionando el marketing en RD
