Miguel Alfonseca


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Biografía narrada por: Víctor Sabi

Miguel Alfonseca, nacido el 25 de enero de 1942 en Santo Domingo, tuvo una vida multifacética como poeta, narrador, publicitario, actor, hermético y filósofo. Después de estudiar en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, se convirtió en un destacado profesor de literatura en esa misma universidad.

A pesar de su pasión por la literatura, su compromiso político fue lo que lo llevó a la cárcel y a sufrir torturas. Durante la revuelta de abril de 1965, su voz fue una de las más fuertes en contra de la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Aunque comenzó su carrera como poeta, Alfonseca cambió hacia la narrativa debido a que creía que la prosa les permitía a él y a su generación acercarse más a la liberación política del pueblo. Se sabe muy poco sobre su vida espiritual ligada al hermetismo, pero se rumorea que escribió poemas que nunca se publicaron. Se retiró de la vida pública por esta misma razón.

Alfonseca colaboró en varias revistas y periódicos nacionales y extranjeros, publicando artículos y ensayos. Junto con los escritores Armando Almánzar Rodríguez, Iván García Guerra y René del Risco Bermúdez, formó el grupo literario El Puño. Este grupo se esforzó en introducir las técnicas más novedosas de la narrativa latinoamericana de la época en la República Dominicana. Todos ellos pertenecieron a la generación denominada Independientes del 60 y también fueron parte del Movimiento Revolucionario Dominicano que luchaba contra la tiranía de Rafael Leónidas Trujillo Molina. Miguel Alfonseca falleció el 6 de abril de 1995, a los 53 años, en Santo Domingo, debido a un cáncer.

La obra de Miguel Alfonseca fue premiada en varias ocasiones. En 1966, su cuento “La Boca” obtuvo el primer lugar, y también recibió una mención honorífica por “El enemigo”. En 1967, fue galardonado con el segundo lugar por “Delicatessen”, y en 1971 ganó el tercer lugar con “El suicidio”. Todos estos premios fueron otorgados en el concurso del grupo literario “La Máscara”.

Su obra bibliográfica incluye los títulos “Arribo de Luz” (dedicado a los mártires de la expedición del 14 de Junio de 1959, caídos durante el desembarco de Constanza, Maimón y Estero Hondo), “La boca”, “Los trajes blancos han vuelto”, “La guerra y los cantos”, “El enemigo” e “Isla o promontorio”. Su cuento “Los trajes blancos han vuelto” fue incluido en la antología “Narradores dominicanos”, publicada en Venezuela. Después de esto, se retiró del mundo literario y de la vida mundana para entregarse por completo a la filosofía hermética.

El poeta Radhamés Reyes-Vásquez considera que Miguel Alfonseca fue un testigo de su tiempo, y que su obra es la raíz del tiempo, la piel de ternura y la voz de quien escuchó en plena guerra los pasos del corcel de madera, el oleaje, los bramidos del mar en la madrugada, las nocturnidades del viento sobre los cadáveres y la llegada de la primavera en el parque San Miguel. Es decir, el poeta que auscultó la atmósfera de la ciudad en guerra, que cantó con ritmo de agua y de velero, con música de árboles de astros sollozantes que se hundían en la más íntima soledad de los tiempos de guerra. Para Miguel, la poesía no fue inocencia sino conocimiento de la realidad real, termómetro que penetraba al corazón de las cosas y, desde ellas, revelaba al hombre en su más recóndita interioridad.

El intelectual Miguel D. Mena opina que Miguel Alfonseca y René del Risco tenían un vínculo muy estrecho. Compartían su genialidad, su intensidad y su capacidad de adentrarse en las corrientes del boom literario, pero lo más importante era que ambos lograron construir una identidad literaria sólida. Aunque hubo otros autores en la generación del 60 con mayor formación y habilidades literarias, como Ramón Francisco y Marcio Veloz Maggiolo, en ellos se percibían ciertas miradas indirectas hacia el mercado, las corrientes o el lector, lo que les impidió dejar una huella significativa.

Texto extraido y reeditado del escrito de Ramón Saba en elnuevodiario.com.do, clic aquí

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