En una cálida tarde del 17 de febrero de 1944, en el corazón de la Zona Colonial de Santo Domingo, nació Freddy Danilo Ginebra Giudicelli. La calle Sánchez número 70 sería el primer escenario de una vida destinada a transformar el panorama cultural de la República Dominicana.
Hijo de Danilo Ginebra y Cecilia Giudicelli, Freddy creció en un hogar donde el amor por la cultura y el arte se respiraba en cada rincón. Junto a sus hermanos José Alberto, Rita, Danilo y Yolanda, el joven Freddy comenzó a forjar su carácter inquieto y su pasión por la expresión artística.
Los pasillos del Colegio La Salle fueron testigos de sus primeros pasos en la educación formal, pero fue en las tablas del teatro escolar donde Freddy encontró su verdadera vocación. A pesar de su amor por las artes, la presión familiar lo llevó a estudiar Derecho en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, graduándose como abogado en 1966. Sin embargo, el destino tenía otros planes para él.
Con apenas 17 años, Freddy ya había dado sus primeros pasos como profesor, sembrando las semillas de lo que sería una vida dedicada a compartir conocimiento y fomentar el talento. Pero fue a los 19 años cuando el joven Ginebra dio su primer gran salto al mundo del espectáculo, produciendo el programa de televisión “Cita con la Juventud” en 1963. Este sería el preludio de una carrera multifacética que abarcaría la publicidad, la gestión cultural y las artes.
Insatisfecho con los límites de su formación legal, Freddy partió hacia Nueva York, donde se sumergió en estudios de televisión, publicidad, filología inglesa y ciencias de la comunicación. Esta experiencia no solo amplió sus horizontes profesionales, sino que también le dio una nueva perspectiva sobre el poder transformador de la cultura.
De vuelta en Santo Domingo, Freddy se enfrentó a un país bajo la sombra de la dictadura de Joaquín Balaguer. Fue en este contexto desafiante que, en 1974, decidió fundar la Casa de Teatro. Con dinero prestado, adquirió una antigua casona de más de 500 años en la calle Arzobispo Meriño, transformándola en un refugio para el arte y la libertad de expresión.
La Casa de Teatro rápidamente se convirtió en el corazón palpitante de la cultura dominicana. Por sus salas pasaron artistas de la talla de Silvio Rodríguez, Mercedes Sosa y Ana Belén. Fue el escenario del histórico festival “Siete Días con el Pueblo”, un oasis de música y poesía en tiempos de represión. Pero más allá de los grandes nombres, la Casa se convirtió en el trampolín para talentos emergentes como Juan Luis Guerra y Michel Camilo.
Paralelamente a su labor cultural, Freddy no descuidó su vena empresarial. En 1984 fundó Publicitaria Cumbre.
A lo largo de los años, Freddy supo equilibrar su “doble vida” entre la publicidad y la cultura. Como él mismo afirmó, “Cumbre me toma todo el día, mientras que Casa de Teatro son las noches y los fines de semana, una cosa complementa la otra“. Esta dualidad le permitió no solo fomentar el arte, sino también apoyarlo desde el ámbito empresarial.
Vida Publicitaria Actual
La carrera de Freddy en el mundo de la publicidad fue tan exitosa como su trayectoria en la gestión cultural. Durante décadas, lideró Publicitaria Cumbre, la agencia que fundó en 1984 junto a un grupo de visionarios empresarios. Lo que comenzó en una pequeña habitación en la calle José Contreras, pronto se convirtió en una de las agencias publicitarias más importantes del país, ocupando tres pisos completos del mismo edificio donde nació.
Sin embargo, el año 2016 marcó un punto de inflexión en la vida profesional de Don Freddy. Después de más de tres décadas al frente de CUMBRE, tomó la decisión de retirarse del mundo de la publicidad para dedicarse por completo a su gran pasión: Casa de Teatro. Este paso, lejos de ser un final, representó el inicio de una nueva etapa en su vida, permitiéndole enfocarse plenamente en nutrir y expandir el legado cultural que había construido.
La transición en CUMBRE fue suave y natural. Los hijos de Freddy, Freddy Arturo y José Arístides Ginebra, tomaron las riendas de la agencia, continuando con el legado de excelencia e innovación establecido por su padre. Bajo su dirección, CUMBRE ha seguido evolucionando y manteniéndose a la vanguardia de la industria publicitaria dominicana.
Este cambio en la vida de Freddy Ginebra es un testimonio de su capacidad para reinventarse y su compromiso inquebrantable con la cultura. Al dejar la publicidad en manos de sus hijos, no solo aseguró la continuidad de su legado empresarial, sino que también se dio la oportunidad de sumergirse completamente en la labor cultural que siempre ha sido su verdadera pasión.
Ahora, dedicado por completo a Casa de Teatro, Freddy ha podido expandir aún más su visión cultural. Sus días están llenos de nuevos proyectos, colaboraciones artísticas y, sobre todo, del contacto directo con los artistas emergentes que siguen encontrando en Casa de Teatro un hogar para su creatividad.
Reconocimientos
El impacto de Freddy Ginebra en la cultura dominicana no ha pasado desapercibido. Ha sido reconocido como Caballero de la Ordre des Arts et des Lettres por el gobierno francés, y es considerado un verdadero patrimonio nacional en su país. Su modelo de gestión cultural ha sido replicado en otras ciudades, convirtiéndose en un referente más allá de las fronteras dominicanas.
A lo largo de su carrera, Freddy Ginebra ha cosechado numerosos reconocimientos que atestiguan su impacto en la cultura dominicana y más allá. Su labor incansable como gestor cultural le ha valido el título de Profesor Honorífico de Intec, un honor que refleja su compromiso con la educación y la difusión del arte.
Pero quizás uno de los reconocimientos más significativos llegó en el marco del III Festival Internacional de Teatro Hispanoamericano de Rhode Island, donde Freddy fue galardonado como el gestor cultural más influyente del siglo XX. Este premio, otorgado por The Village Theatre, no solo celebra su trayectoria sino que lo posiciona como una figura clave en el panorama cultural hispanoamericano.
El cine, otra de las pasiones de Freddy, también le ha brindado sus momentos de gloria. En la 11ª edición del Festival de Cine Global Dominicano, recibió el premio Camilo Carrau como “Orgullo Nacional en el Cine”, un testimonio de su versatilidad artística y su capacidad para dejar huella en diferentes disciplinas.
La Embajada de España, reconociendo su contribución a los lazos culturales entre ambas naciones, lo condecoró con la Orden de Isabel la Católica, en el grado de Cruz de Oficial. Este honor no solo celebra su trabajo, sino que también subraya la proyección internacional de su legado.
En su tierra natal, el impacto de Freddy es tan profundo que ha sido candidato a “Hombre del Año” por el prestigioso Diario Libre, un reconocimiento que habla de su influencia no solo en el ámbito cultural, sino en la sociedad dominicana en su conjunto.
Estos son solo algunos de los “abrazos” que el mundo del arte y la cultura han devuelto a Freddy Ginebra. Como él mismo diría, con la humildad que lo caracteriza, estos premios son un reflejo del amor y el compromiso que ha puesto en cada uno de sus proyectos. Para Freddy, el verdadero premio es ver cómo la Casa de Teatro sigue siendo, después de tantas décadas, un faro para los artistas emergentes y un hogar para la creatividad dominicana.
Pero quizás el logro más significativo de Freddy no se mide en premios o reconocimientos, sino en las vidas que ha tocado. Se define a sí mismo como “el hombre que más abraza del mundo”, una metáfora perfecta para su filosofía de vida. Para Freddy, el verdadero valor de una ciudad no está en sus edificios, sino en su gente. Cree fervientemente en el poder del arte para cambiar estados de ánimo y transformar realidades.
A sus 80 años (al momento de este escrito), Freddy Ginebra sigue siendo una fuerza imparable en la escena cultural dominicana. Casado desde hace más de tres décadas con Edelmira Robiou, padre de José Arístides y Freddy Arturo, y abuelo orgulloso de Ana Marina, Catalina, Elena y Juan Pablo. Freddy encuentra en su familia la inspiración para seguir soñando y creando.
En 2021, añadió una nueva faceta a su polifacética carrera al debutar en el cine con la película “Mañana no te olvides” del director José Enrique Pintor. Este paso al séptimo arte es solo una muestra más de su incansable espíritu creativo.
Freddy Ginebra es mucho más que un gestor cultural o un publicista exitoso. Es el abrazo cálido de la cultura dominicana, un puente entre generaciones de artistas, y un faro de esperanza en tiempos turbulentos. Su legado, materializado en la Casa de Teatro y en las innumerables carreras que ha impulsado, seguirá inspirando a generaciones de dominicanos por muchos años más.
En sus propias palabras: “Lo mío es dar y creo fielmente que en ello está la felicidad y el gran logro de la vida“. Y vaya si ha dado. Freddy Danilo Ginebra Giudicelli ha entregado su vida entera a la cultura, y la cultura dominicana, agradecida, lo abraza de vuelta.
Biografía redactada basada en las informaciones publicadas en wikipedia, Diario Libre, Ecoguía Dominicana, Centro León – Un encuentro salpicado de anécdotas y comentarios de Freddy Ginebra, Embajada de Francia en Santo Domingo, Hoy digital, Listin Diario, Diario de Cádiz y del escrito Freddy Ginebra. Mezenas cultural, Libro: Celebrando la vida